martes, 19 de marzo de 2019

Refugio


Dominante de fieras salvajes

Aceptaste vivir el infierno,

Calmaste los demonios que vivían ahí dentro

Sin saberlo, encantaste a la reina

De los tormentos,

De los aburrimientos,

Sometiste los miedos

Y acabaste con el torbellino de palabras,

De silencios, de destrucción, de laceración




Dominante,

Llegaste a incendiar el templo,

Y sigues sin apagar el fuego.

A apropiarte

De la piel inhabitable,

Amar el amor que había,

Y  no el perfecto.




Tomaste el control de la leona,

Sin que dejara de ser una fiera,

Manejaste el camino de piedras

Y espinas,

Formaste una línea,

Entre las preguntas y las heridas.

Entre las respuestas y las cicatrices.




Creaste un refugio,

En los versos de aquel invierno,

Moldeaste el miedo,

Formando un valiente.

Y como Perséfone,

Creaste de aquel Enero,

Una primavera.